LAS INSTALACIONES DE LA PALAPA «Los Potros» EN LA COLONIA OBRERA LUCE SOLITARIO, EL CALLEJÓN DONDE SE UBICA DE IGUAL FORMA Y LAS FAMILIAS CERCANAS ENCERRADAS Y AL PRINCIPIO DE LA CALLE UNA PATRULLA VIGILA.
NORMA FARARONI/VÍCTOR HUGOBGOMEZ//www.notimina.com
Minatitlán, Ver.-«Por la noche se escuchan ruidos extraños, trates que caen, luces que se apaguen y prenden y un soplo de aire que recorre el callejón» así narra un elemento de la policía municipal que le ha tocado resguardar las instalaciones de la palapa «Los Potros» donde el pasado viernes santo del 19 de Abril del 2019 un total de 13 personas fueron acribilladas sin piedad.
Entre las víctimas un bebé de 1 año de edad cuyo cuerpo quedo cobijado por el cuerpo de su padre, mientras que el cuerpo de su madre tirado a la entrada de uno de los baños de la palapa.
«Dos familias decidieron mudarse de lugar, una madrugada salieron de sus viviendas con sus maletas para ya no volver, tal vez por miedo a los espíritus o por temor a que los matones regresen».
Dijo un policía municipal que noche noche se rolan o cambian de guardia para mantener vigilado el callejón 16 de Septiembre donde se ubica la palapa «Los Potros» sobre la calle 1 de Mayo en la colonia Obrera.
En el portón de la entrada principal de la palapa un sello de la FGJEV que prohibe la entrada. Hasta el momento ni una veladora en el lugar donde mataron a las 13 personas, se ignora si este viernes 27 de Abril al cumplirse 8 días de la terrible masacre, se llevara a cabo alguna misa especial en memoria de los muertos.
A ocho días de la masacre que ocurriera en Minatitlán donde 13 personas fueron acribillada por un comando armado, mientras disfrutaban de una fiesta familiar, el lugar aún huele a sangre, mientras que los vecinos y policías que resguardan el lugar, escuchan ruidos extraños y luces que se prenden y apagan en la madrugada.
El portón de la entrada principal del lugar dónde se ubica La Palapa Los Potros, sigue el sello de la Fiscalía y la cinta amarilla de «precaución» impide entrar.
Los dos perros, mascotas de los hijos del dueño del lugar Heber «X» quedaron abandonados, estos después de varios días fueron liberados por lo guardias, ya que nadie se acordó de ellos.
Se menciona que todo ahí quedó, la comida, la sangre.
