- Perteneciente a esta cabecera municipal
POR: NORMA FARARONI/VICTOR HUGO GÓMEZ/WWW.NOTIMINA.COM
Ejido El Valedor, Municipio de Minatitlán, Ver.- “No me digas adiós, sino hasta luego…” “voy a descansar a un lugar más tranquilo y mejor en el cielo”, así rezan este cántico religioso con el cual familiares y amigos, le dieron el último adiós a la joven madre Ana Patricia Reyes.
Entre cánticos religiosos, llantos, aplausos, y expresiones de dolor, vecinos, amigos y familiares, se reunieron en la casa de Ana Patricia Balcázar Reyes, en el Ejido El Valedor, para darle el último adiós a esta humilde mujer de la zona rural que por más de 23 días en la cama de un hospital luchó contra la muerte, a la cual no pudo vencer y finalmente falleció.
Ana Patricia, al igual que su hermana Hortensia, corrió la misma desgracia, al ser atacada por su esposo, en distintas fechas y en distintos lugares a balazos. Apenas en julio del 2018, Hortensia Balcázar Reyes, fue asesinada a balazos mientras amamantaba a su bebe de tres meses, al interior de su humilde vivienda en el Ejido El Valedor, fueron varios impactos de bala que su esposo Gabriel Hernández González, aún prófugo de la justicia le propino en su humanidad, dejándola sin vida en un charco de sangre, hasta la fecha este asesinato sigue impune.
Tal como si fuera una desgracia o una maldición, el pasado 9 de marzo del presente año, un día después de la celebración del “Día Internacional de la Mujer”, la joven Ana Patricia Balcázar, de apenas 26 años de edad, recibió un certero balazo de manos de su esposo Benjamín Luis Gutiérrez, mientras se encontraba en el Parque Central de la comunidad de San Cristóbal, enclavada en la zona rural de este municipio.
Según se informó de parte del Secretario de Salud en la entidad, doctor Roberto Ramos Alor, fueron 5 las cirugías que se le hicieron a la hoy finada, -«se luchó por su vida, hasta el final»-.
El Ejido El Valedor, se encuentra a una hora de la cabecera municipal de Minatitlán, la única forma de llegar es vía terrestre. La casa donde vivió su infancia, se encuentra enclavada en un barranco, ahí desde que se enteraron de la noticia de su deceso, sus conocidos fueron a dar el pésame a su familia.
Las mujeres como se acostumbra en la zona rural, se encargaron de preparar los tamales de masa, el caldo de res, el café y el agua de sabor, que se dio a lo largo del día a los dolientes, quienes no daban crédito a que en menos de un año la familia Balcázar Reyes se enlutara dos veces.


“Mi hermana, era una mujer muy buena, tranquila, se llevaba con todas las personas, dedicada a su familia y a mis sobrinos, hijos de Hortensia y a su hija”, dijo Aurelio Balcázar, hermano mayor de Ana Patricia y Hortensia, aunque explicó que jamás mostró indicios de violencia por parte de su pareja, a diferencia de Hortensia, quien acudió en diversas ocasiones al DIF del municipio para denunciar el maltrato.
“Cómo varón, no sabíamos de los problemas que tenía Ana con su pareja, no hubo esa confianza, sólo mi otra hermana supo, pero nunca imaginamos que fuera a terminar en otra tragedia”, explicó consternado, el también Agente Municipal de su comunidad.
Reconoció que su familia, desde el primer momento, recibió apoyo de parte del Alcalde Nicolás Reyes Álvarez, y de otras personas quienes se preocuparon no sólo aportaron ayuda económica, sino algo más valioso como son las oraciones.
El dolor y el desconsuelo, era evidente en el rostro de doña Francisca Reyes López, madre de Ana y Hortensia, de manera breve se limitó a comentar al preguntar si exigirán justicia a las autoridades, -“justicia, No tiene caso, la justicia es corrupta, sólo confiamos en Dios, quien nos hará justicia, y apaciguara este dolor”-… -“ya no queremos más sangre”-.


Sus seres queridos le dieron el último adiós a Ana Patricia.

Antes de que llegará la hora de partir a su última morada, Ana Patricia fue despedida por sus padres, sus hermanos, sobrinos y su hija, quienes se abrazaron y lloraron su infortunio.
En esta ocasión fueron varones quienes cargaron el féretro hasta la Capilla “Nuestra Señora de Guadalupe” ubicada en el mismo ejido, y a diez minutos de su casa, para posteriormente llevarla hasta el Panteón ubicado en la Congregación de San Cristóbal, donde descansará junto a su bebe, ese que perdiera el 30 de Mayo del 2017.
Ana Patricia, ya no sufrirá más maltrato, por fin descansará. Aunque sus seres queridos la extrañaran, buscarán consuelo en su hija, sus sobrinos a esos que amparo, después del deceso de su hermana, sin imaginar que también sería su maldito destino.