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Francisco Santiago, vende lapiceros para ganarse unos pesos

 

Sufrió un ataque por sujetos desalmados que lo golpearon y dejaron en coma por más de 9 meses, con secuelas en su actividad psicomotriz lo dejaron con una discapacidad.

Vende en las Calles de Minatitlàn, lapiceros bordados por su mamá, para ganar unas monedas y poder sobrevivir.

AGENCIA/www.notimina.com

Minatitlán, Ver.-«Mi equipo favorito es el América y aunque pierda, nunca voy a dejar de apoyarlo» así lo expresa Francisco Santiago Izquierdo, quién para acotar su americanismo luce una pañoleta en su cabeza alusiva a las poderosas Aguilas del América.

Pancho Santiago, cómo le dicen en su pueblo adoptivo Cosolecaque, ya que nuestro personaje nació en Minatitlàn pero desde los 6 años sus papás se lo llevaron a vivir a la tierra de Martín Lancero.

Nuestro entrevistado nos cuenta que su problema para hablar, en sus piernas para poder caminar y en otras partes de su cuerpo, son secuelas que le dejaron los golpes que recibió por al menos 10 sujetos la ciudad de Can Cun cabecera del municipio de Benito Juárez.

«A los 18 años me aliste en el Ejercito Mexicano en el Batallón número 64 como soldado razo, estuve solo un año en activo y luego vino la grave agresión que sufrí a manos de personas desconocidas para mí»

Don Pancho Santiago (ahora tiene 45 años de edad) nos dice que: «No se porque razón pero en Can Cun, no quieren a los soldados y esa fue la causa del ataque que sufrí».

«Era fin de semana de hace poco más de 10 años, salí de vacaciones del ejército y con mi pantalón y botas de militar salí a tomarme unas cervezas, a la salida a unas cuadras sufrí el ataque a golpes por al menos 10 sujetos».

«Quedé inconciente tirado en el frío pavimento de la calle, hasta que algunas personas dieron aviso a los cuerpos de auxilio, me recogieron casi muerto para mí atención médica».

Por más de 9 meses, Francisco Santiago Izquierdo, estuvo en coma o estado vegetativo pero logró salvar la vida pero las lesiones le dejaron severas secuelas en su cuerpo, dejándolo imposibilitado para poder trabajar al cien.

No recibió ninguna pensión por parte del ejército, ya que sus superiores argumentaron que no fue accidente de trabajo y que en su cuerpo había presencia de alcohol.

Pancho Santiago, asegura que su discapacidad lo limita pero no le quita las ganas de seguir adelante; ya que asegura «si Dios me dejó vivir es por algo, estuve 9 meses en coma y creo que después de lo que me pasó, volví a nacer».

Francisco Santiago Izquierdo, a falta de un empleo formal, se dedica a la venta de lapiceros adornados con tejidos que le hace su señora madre para que los venda, además de solicitar el apoyo de los ciudadanos que lo ven en los cruceros de las calles de Minatitlán.

Si ves a don Pancho Santiago, apoyarlo comprándole un o más lapiceros o regálale una moneda para que lleve el sustento diario a su casa

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