AGENCIA/www.notimina.com
Cada alcalde que llega a gobernar Minatitlán, sale con el cuento de «rehabilitar» el icónico e histórico Parque Independencia.
Millones de pesos del erario público municipal, que llegando otro presidente (a) se van al bote de la basura, porque la obra hecha por su antecesor es dejada abandonada para luego ser destruida y en complicidad con empresarios o constructores corruptos locales, regionales, estatales o nacionales, es «rehabilitada» para simplemente robarse miles de pesos que van a las cuentas bancarias del gobernante en turno y sus cómplices.
El Parque Independencia, desafortunadamente cada 3 o 4 años sufre el atraco de la transformación.
PARQUE INDEPENDENCIA. PRIORIDAD DE TODA AUTORIDAD ENTRANTE
Por Luis A. Chávez
Se jugaba basketball y voleibol. Para lo primero habían dos «canastas» en una estructura de fierros que tenían sendos rodillos de acero para, el empujarlas, se pudiera moverlas a otro lado. Años después vi esas estructuras en una de las comunidades rurales. Hablo de los años, a finales, cincuenta; Minatitlán tenía tres cines, el Díaz Mirón, sobre Iturbide (frente a la fayuca de hoy) y el Cine Olimpia mientras que en Santa Clara estaba el Celinda que, si llovía, se terminaba la función porque no tenía techo.
Un presidente cambió la fisonomía del parque. Quitaron el bustito de Benito Juárez y las bancas de cemento.
Otro presidente llegó y tumbó los árboles enormes de los que nunca supe género y daba unas vainitas amarillentas con semillas en su interior.
Un domingo, un militar se sentó en una de esas bancas frente a la iglesia y «La Roca» (a la espalda El Acapulco y rumbo al mercado Hidalgo, en la esquina, El camarón) y un zanate hizo caca desde el árbol sobre el impecable uniforme militar que no dudó en sacar su reglamentaria y disparar tres veces a la copa del árbol: No mató a ningún pajarraco.
A otro presidente se le ocurrió instalar una especie de chapoteadero en el que se introdujeron pochitocas, tres lomos e hicoteas así como jacintos del río y rocas volcánicas. A la inauguración de la fenomenal ideota, el pueblo -que no conocía de tortugas- se volcó en masa para conocer a los quelonios, que duraron acaso un mes porque, en la madrugada, se las robaron.
Un presidente arribó con, ahora sí, otra idea genial y se erigieron, en ambos extremos del parque a La jarocha y a la paisana correspondiéndole a ésta última la cercanía a la iglesia de San Pedro levantando las protestas airadas de la ciudadanía porque ese lugar le correspondía a la jarocha «ya que no somos tecos».
Duraron poco, las derrumbó la misma autoridad.
A una presidenta se le ocurrió una idea formidable: Colocar sendas cadenotas cuyos colgantes eslabones fueron causa de que muchos ciudadanos se rompieran la madre al intentar cruzarlas.
Se puso al ángel. Se puso el techo al foro. Se construyó un kiosco. Se pintó un enorme mural al fondo del foro. Se despintó el mural al fondo del foro. Se volvió a pintar otro mural al fondo del foro y no se sabe si, para dentro de una semana, lo vuelvan a pintar con otros bonitos paisajes.
Así, si alguno de los municipios del estado de Veracruz presume del ir y venir de sus parques centrales, nadie como a Minatitlán le preocupa muchísimo, al entrar en funciones, transformar, como primera tarea, el parque municipal. Es un orgullo.
